La mediación no sólo actúa en el ámbito escolar

Mirad y leed este artículo que nos habla de una realidad social que va más allá del ámbito escolar. Incluso se podría considerar que la experiencia que hacemos ahora en uestro cole, servirá en un futuro a nuestros alumnos no sólo para que crezcan como buenos ciudadanos sino que también como posible salida laboral (por supuesto, vocacional).
La mediación es eficaz y reduce costes económicos.
Directora de la sección de Mediación del ICAV. Beatriz Rabasa trabaja como profesora de matemáticas en un instituto de Valencia, escribe libros y, además, es abogada ejerciente. Ahora se ha marcado un nuevo reto, introducir la mediación.

LORETO OCHANDO VALENCIA
El Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV) ha creado una sección de Mediación, que integrará a abogados especialistas en esta materia y que se suma a las 26 secciones ya existentes en la institución. Al frente estará la abogada Beatriz Rabasa que dirigirá a un grupo de doce letrados. La candidatura de Rabasa ganó las elecciones celebradas el pasado miércoles.
¿Qué es la mediación?
Viene a ser un mecanismo para resolver las controversias y los conflictos de una manera pacífica, donde se apuesta por la intervención decidida de las partes que están sujetas a un conflicto. Por ejemplo en una separación o una reclamación de cantidad se facilita que las partes se sienten juntas, y con ellas está un tercero, que es imparcial y que facilita el diálogo. De tal forma que ellos son los que llegan a un acuerdo sin una imposición de terceros, es decir, no interviene un juez y son las partes las que tienen que encontrar la solución.
¿Qué utilidad tiene para el ciudadano?
Pues tiene una utilidad muy grande y de hecho en los países que se está aplicando tiene una gran efectividad. En algunas controversias, sobre todo en el ámbito familiar, un juez desconoce la situación. Bueno, pues en todo eso las partes, los miembros de la pareja, son los que saben realmente cuál es su problemática especial y por ello si llegan a un acuerdo entre ambos es mucho más probable que se cumpla. Es un sistema eficaz, eficiente y reduce costes, no sólo económicos sino también emocionales.
¿Serviría la mediación para desatascar la Justicia?
Claro que serviría, supondría una reducción de costes económicos. Los juzgados están colapsados porque todos los litigios van, en esta cultura del conflicto, para el juzgado y nuestra Justicia es lenta. Sin embargo si los jueces derivan aquellos casos derivables hacia los mediadores se podría desatascar el juzgado.
¿Se puede aplicar a todas las ramas del derecho?
No. Sabemos que existe un anteproyecto de ley de mediación europeo que obliga a los estados miembros a que aprueben una ley estatal. El de España se aprobó en febrero y expresamente se señala que el ámbito penal y en el ámbito de materia de consumo laboral no se podrá aplicar la mediación. No obstante, sí que es verdad que en algunos juzgados se han realizado experiencias piloto muy favorables de aplicarla en temas penales de poca entidad.
¿Está usted a favor de su uso en penal?
Aunque en ese ámbito parece, en un principio, que no es factible, las experiencias que conozco han sido positivas. Utilizando la mediación, la víctima encuentra una mayor satisfacción. Vale para casos como hurtos, robos o lesiones, delitos que no son graves porque en el caso de la violencia de género tampoco se puede aplicar porque las partes no están es situación de igualdad. Pero repito que en algunos temas menores ha sido muy satisfactorio.
¿Podría ponerme un ejemplo en el que funcionó la mediación en penal?
Pues hubo uno de un robo a una anciana que se cayó y sufrió una serie de lesiones. Pues en aquel caso se logró mediar y el agresor tuvo conciencia del daño que había ocasionado, y después hubo una comprensión mutua y se llegó a un acuerdo.

Pensamientos de una adolescente

Estos son los pensamientos de una alumna que pertenece a nuestro equipo de mediación. Sin duda reflejan los sentimientos de muchos de nuestros adolescentes, en esta etapa de sus vidas en las que necesitan buscar un sentido a las cosas, dónde la amistad y el amor son todavía las cosas más importantes de sus vidas. Os dejo con esta reflexión hecha desde lo más profundo del corazón:

"Creo que todos hemos oído hablar de Peter Pan y su fiel amiga Campanilla, la hada. Yo siempre me he preguntado cuál debe ser el origen de Campanilla pero un día Peter nos lo contó en una película, “las hadas nacen con la primera risa de un bebé, la cual se rompe en mil pedazos y de ahí se originan las hadas”.

A todos nos han contado nuestros padres que tenemos un ángel de la guarda que es el que se preocupa de que no nos pase nada e intenta que no tengamos problemas.

Yo tengo mi propia teoría, mi propio cuento por así decirlo que se origina al mezclar las dos historias.

Nosotros no solo tenemos un ángel de la guarda, tenemos miles y también se les pueden llamar hadas. Pero hay gente buena con hadas guapas y de colores alegres y gente mala con hadas desgreñadas de colores apagados y sin brillo. De nosotros dependen nuestras hadas, nosotros las podemos hacer cambiar a bien o a mal, pero ¿cómo las podemos hacer cambiar? Es muy sencillo… las amistades, las compañías, nuestras acciones y nuestros ideales las forman, les dictan las pautas a seguir, son sus guías y sus principios. Cuando nos peleamos con otra persona las hadas empiezan una lucha entre ellas porque su misión es protegernos de las cosas malas y por eso a veces se ensucian, todo depende de nuestra actitud y nuestra manera de enfrentarnos a los problemas…

Bueno, esto es lo que yo sé sobre nuestras hadas pero… también es cierto que todos tenemos a personas a nuestro alrededor que son importantes para nosotros y que no sería nada fácil olvidar o apartar de nuestro lado, ¿el motivo? Las hadas. Las hadas nos ofrecen cierto grado de protección tal y como ya he citado anteriormente y cuando alguien es muy importante para nosotros, lo último que querríamos es que le sucediese algo malo, entonces, es cuando inconscientemente algunas de nuestras hadas se ceden a esa persona importante, para protegerla y ayudarla en todo lo que sea posible.

También es por eso, por lo que nosotros adoptamos gestos o expresiones de las personas que nos rodean, porque esas hadas que hemos adquirido de nuestros amigos proyectan en nosotros sus gestos y sus acciones. Nosotros nos encargamos de que las hadas adquieran información, su formación depende de nosotros y por eso se comportan como nosotros.

Y entonces es cuando yo me empiezo a plantear muchas dudas, ¿el sufrimiento por el que pasas cuando una amistad se rompe? ¿la tristeza que sientes cuando una persona muy importante desaparece de tu lado? ¿y esa sensación de malestar cuando no dejas de recordar a esa persona que para ti lo era todo y ahora se supone que no debería significar nada? También es una respuesta sencilla, las hadas vuelven a influir, tú tienes algunas hadas de esa persona al igual que esa persona tiene alguna de tus hadas que se transmitieron en buenos momentos. No podéis olvidaros porque erais muy importantes el uno para el otro, estabais muy unidos y tus hadas le hacen recordar momentos al igual que sus hadas te los hacen recordar a ti, sobre todo cuando te esfuerzas en olvidar a esa persona las hadas se encargan de recordarte todos los buenos momentos que pasaste a su lado, y sin quererlo, te das cuenta de que necesitas a esa personita junto a ti. Ver su sonrisa, sus lágrimas estar a su lado para todo lo que necesite. Y es entonces cuando te das cuenta de que si a esa persona le pasara algo serías el primero en acudir a su ayuda.

Entonces… ¿las hadas son las que hacen importantes a las personas o somos las personas las que hacemos importantes a las hadas? Esa es la pregunta que yo aun no he resuelto y que te toca resolver por ti mismo, porque puede que seamos nosotros los importantes pero entonces no tienen motivos de existir las hadas, pero si las hadas son las importantes no hay motivos para existir las personas. Quizás simplemente sean importancia compartida porque sin la coexistencia de ambos seres, los otros seriamos demasiado insignificantes"

Autora: Agnes Aso, 1º de Bachiller del Colegio Adventista de Sagunto